Quizás los
santiagueros no lo hayamos descubierto aún, pero este lugar es, realmente, el
recinto más espectacular de nuestra añeja ciudad: una revelación de grandes y
significativas obras, por valores propios, integradas, a la vez, a los
sentimientos y quehaceres de un mundo de gente, que se muestra a cuantos vienen
y van por las cuatro vías por las que se puede acceder a ella…
Con un
conjunto de intervenciones, ricas todas en datos y en puntos de vista -que no
sólo dieron nortes a muchas discusiones, sino pábulo también a esas polémicas
serenas y profundas-, concluyó en Santiago de Cuba el evento “1912 en la
memoria”, que auspiciado por la filial santiaguera de la UNEAC, las oficinas del
Historiador y del Conservador de la
Ciudad, de la
Unión de Historiadores de Cuba (UNHIC) y la Fundación Caguayo,
se celebró desde el pasado día 16.
La
provincia de Santiago de Cuba, epicentro de aquellas jornadas sangrientas,
conmemorará -por primera vez en todo el siglo que nos separa de aquellos
acontecimientos- el alzamiento armado del Partido Independiente del Color
(PIC), y de la injustificable matanza de miles de negros (rebeldes y pacíficos)
que siguió al erróneo levantamiento.
Trascendente,
por haber mostrado un cierto distanciamiento en el prontuario de sus
respectivos idearios políticos -en el de los tres más altos personajes de la
revolución iniciada-, La
Mejorana fue el primero de varios hechos que vendrían a
confirmar a Martí determinados indicios de una potencial disyunción en el
liderazgo del movimiento revolucionario…
Su propio Diario
de Campaña constituye fuente esencial para comprender cuanto hay de verdad
en dicho aserto, y tanto de mito –fruto de la devoción y lejos de los hechos-
en aquellas afirmaciones de su presunta elevación a la jefatura revolucionaria
de la guerra, durante la reunión del célebre trío, el 5 de mayo de 1895.
Desde los
últimos días de abril, el general Antonio Maceo tenía noticias confirmadas, no
sólo de la llegada del general Máximo Gómez y de José Martí, sino de la
cercanía de ambos, procedentes de Guantánamo.
La
información le llegó del general José Maceo, quien, el 25 de ese propio mes,
salvó a ambos líderes separatistas de caer frente al coronel español Joaquín
Bosch, pues este, con fuerzas muy numerosas a su mando, estaba a punto de
lanzarse sobre el pequeño destacamento de Gómez, Martí y otros ilustres acompañantes.
Empeñado,
sin embargo, primero, en la organización de los rebeldes orientales -a la mayor
parte de los cuales convocó para Jarahueca-, y, luego, en afrontar la ofensiva
española del general Juan Salcedo sobre él, en ese propio territorio, pospuso
Maceo su prisa de verse con Gómez y con Martí, con quienes –es evidente- quiso
encontrarse, no sin antes disponer de un cuerpo de ejército impresionante en
varios sentidos, y con el lauro de un resonante triunfo de sus armas, como lo
fue el combate de Jarahueca, el 29 de abril de 1895...