Páginas

viernes, 15 de marzo de 2013

Idus de marzo de 1878

La protesta que conmovió al mundo


Sin partir del Zanjón es imposible llegar a la comprensión de la Protesta de Baraguá, porque aquel acto de claudicación –resumido en el acuerdo del 10 de febrero de 1878- fue la causa inmediata del legítimo proceso de rechazo de eso que fue, sin tapujos ni eufemismos, rendición incondicional de las armas villareñas y camagüeyanas ante el enemigo, solo contrariada allí Ramón Leocadio Bonachea y su partida de centenar y medio de hombres y -si se quiere, también- por la disposición de continuar la lucha en unos poquísimos jefes agramontinos, que, al cabo, acataron el voto negativo de la aplastante mayoría para cejar en la lucha…
DE LA VICTORIA A LA VISTA HASTA EL ZANJÓN
Pero es que tampoco se puede entender cómo fue factible el Zanjón, sin tenerlo en cuenta como culminación exitosa de la estrategia empeñada por el general Arsenio Martínez Campos en su retorno a la Isla, esta vez devenido jefe supremo del ejército español en campaña, desde el 3 de noviembre de 1876...