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jueves, 11 de abril de 2013

Guáimaro: reflejo de prevenciones y conflictos

-->A 144 años de la primera Constitución de Cuba 

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Pareciera que aquel trascendente acontecimiento fue resultado solo de conversas y convenciones fructuosas y felices. Y sí, esa ha sido la visión de larga data con que se dibujó nuestra insurrecta asamblea fundacional, desde el acta misma del evento –divulgada por el constituyente José María Izaguirre-, en la que se refleja el nacimiento oficial, en los llanos de Guáimaro (Camagüey), de la república democrática cubana.
Más allá de las emotivas anécdotas narradas en esa memoria sobre ese extraordinario suceso, que algunos han visto únicamente como la fórmula adoptada para acentuar los esfuerzos con que obtener del gobierno de los Estados Unidos el reconocimiento de nación beligerante, con la consiguiente ayuda material y diplomática, entre otros posibles beneficios; más allá de tal verdad, es igualmente cierto que, detrás de tan edulcorada y reductora versión, se soslaya que Guáimaro fue un parto sin fórceps, pero largo y trabajoso; una creación muy anterior a aquellas tres fechas (10, 11 y 12 de abril de 1869) de tan intensas –y no pocas veces tirantes- sesiones, con las cuales no solo se materializó el ideal de buena parte de los protagonistas de dicha Constituyente, sino, también, en las que hallaron desenlace legal, al fin, dos urgentes alternativas de la joven revolución. A saber: dictadura o democracia, y predominio oriental o del campo rebelde restante, liderado por el Camagüey…