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domingo, 1 de septiembre de 2013

De una carta -¿inédita?- de Luperón a Miguel Aldama


Cuba: en las cavilaciones del Padre del Antillanismo


Corría ya la última semana de mayo de 1870. Los dominicanos  recién habían concluido el segundo aniversario de la llegada al poder  –cuarta ocasión de las 5 que en total lo asumió- de Buenaventura Báez  [Azua (RD) 20/10/1812- P. Rico, 14/3/1884].
El ex comerciante y ex acalde de Azua estaba inmerso en la despreciable tarea no solo de entronizar su tiranía, sino de entregar la soberanía de su país a los Estados Unidos y, consecuentemente, reprimir  ferozmente a todos aquellos patriotas opuestos a tales designios, antes quienes abrió tres claras perspectivas: la fosa, la celda o el exilio…
Escapado de la muerte y de la cárcel, Gregorio Luperón, uno de los héroes de Capotillo y de la Restauración Nacional; uno de los padres en ciernes del Antillanismo, había pasado a Cabo Haitiano y, de allí, a Grand Turk, donde -además de obrar por liberar a Quisqueya  de tan pernicioso mandatario- sufría los duros momentos por lo que pasaba la revolución independentista de Cuba, bajo la tremebunda política del Conde de Valmaseda, desde 1869, que fue combinación criminal de una ofensiva despiadada de sus fuerzas militares contra las zonas insurrectas, la expulsión de la población campesina de sus áreas de residencia y de cultivo, confiscación de bienes masivos a infidentes y asesinato de numerosos  grupos de personas comprometidas o no con el movimiento emancipador.

Una misiva aparentemente inédita de Gregorio Luperón



Del héroe de Capotillo y de la Restauración Nacional
a Miguel Aldama...



Grand Turk, mayo 24,1870
C. Miguel Aldama
Presidente Junta Cubana de New York
Respetable Sr.: