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domingo, 20 de abril de 2014

El Padre Odio o...



el patriotismo de
un cura cubano fuera de serie


En medio de la polvareda levantada por el ir y venir de los adversarios y, sobre todo, por los disparos de lado a lado; en medio de la atmósfera de imprecaciones de bando a bando, del fragoroso ardor por alcanzar la victoria o alejar la derrota; en fin, cuando los temerarios daban el tono más alto de desafío a la muerte, un raro mambí podía verse entre la muchedumbre de insurrectos, sin fusil y sin el emblemático machete, armado solo de un pequeño revolver a la cintura –que nunca desenfundó- y, en verdad, solo de una cruz y su fe inquebrantable…