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sábado, 14 de junio de 2014

Antonio Maceo: de su heroísmo y sindéresis



Una visión de su personalidad a través 
de algunas anécdotas

Porque a veces parece como si no se le conociera bien, sigue haciendo falta mayores aportaciones sobre los méritos militares de Antonio Maceo Grajales, a quien, tanto por su temeridad como por sus sonados éxitos como táctico y estratega, no ya los más grandes combatientes independentistas de la Isla y expertos foráneos en asuntos de guerra, sino los más sobresalientes jefes adversarios, lo han considerado el más infatigable luchador separatista cubano, el jefe de más acciones libradas, el de mayor palmarés en las campañas mambisas, y –discutible o no- el más grande general de todo el Ejército Libertador.

Porque, en ocasiones, se enfoca su vida como la de un hombre romo y testarudo, privado de su colosal apostolado moral, resulta exigencia urgente hablar de su notable cultura –no académica, pero sí vasta y útil-; así como también, de la armonía de sus ideas políticas y sociales, de lo tremendamente certero de su pensamiento, la coherencia entre su ideario y su conducta, que revelan la esencia de su arquitectura moral; en fin, para seguir develando así su heroísmo y sindéresis.