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sábado, 17 de septiembre de 2016

José Marcelino Maceo Grajales en tres tiempos (II)



El jefe más exitoso de la Guerra Chiquita


La Guerra Chiquita fue la ocasión y el escenario propicios para que José Maceo diera nuevas muestras de su gran talento, lo mismo para las acciones bélicas en condiciones difíciles ante el enemigo, que como un político emergente y cauto ante situaciones complejas del patriotismo cubano.
Casi 14 meses después de haberse acogido a la paz trabajada tanto por el ingenio estratégico del general Arsenio Martínez Campos, como por la incomprensión y la consecuente indiferencia de los cubanos de la Isla y de la emigración; en fin, a poco más de un año de haber salido del bando rebelde, José Maceo y otros miles de patriotas criollos volvieron a la manigua redentora para intentar, otra vez, el logro de la independencia, de la definitiva abolición de la esclavitud y de la libertad para todo el pueblo de Cuba.
En el ocaso del 26 de agosto de 1879, apenas horas después de sostener una reunión con las altas autoridades coloniales en Santiago de Cuba, en que, más que inquirirles sobre su compromiso con la conspiración insurreccional, se les insinuaba descubierta su activa participación en ella, el coronel José –a despecho de la detención anterior de importantes involucrados y de los titubeos en ese día del general Guillermón Moncada- dio  por cumplida la palabra empeñada a su hermano y jefe, el mayor general Antonio Maceo Grajales, de levantarse en armas y no dejarse coger prisionero inactivo...