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lunes, 27 de noviembre de 2017

Breve tributo a los 8 estudiantes de Medicina fusilados por los españoles



Aquel execrable hecho en palabras de Céspedes, Martí y en Maceo

Mariana Grajales Cuello



Una genuina heroína de la retaguardia
mambisa, de la insurrección cubana


Tres o cuatro años después de iniciada la Revolución del 68, eran mínimas –por no decir que prácticamente no había- las familias de importantes jefes insurrectos en la manigua cubana.
Es parte terrible de nuestra historia: unas perecieron enteras de hambre y enfermedades como el cólera morbo, y, sobre todo, a manos de salvajes oficiales españoles y de guerrilleros criollos al servicio del régimen, que las masacraron con inenarrable sevicia. No pocas –es verdad- tuvieron menor mal, al caer prisioneras de jefes enemigos que, malos tratos aparte, les respetaron la vida. Las más, se presentaron al adversario en los pueblos y ciudades, al no poder soportar el hambre continua, los desafíos cotidianos de la exigentísima vida en el monte rebelde, por la desesperanza y por no encontrar provecho alguno a su permanencia en ese medio que, con frecuencia, solía parecer un infierno.

viernes, 6 de octubre de 2017

Un grito de libertad hondamente trabajoso



Son múltiples las causas que movieron a gran parte de los cubanos, al menos, a partir del trienio 1865-1867, a separar la Isla de la soberanía española.
Muchos, sin embargo, vieron posible dilatar por gran tiempo aquella resolución definitiva, si la Junta de Información –solicitada por miles de firmas de propietarios criollos- y convocada para celebrarse en Madrid desde de diciembre de 1866, daba la luz necesaria al gobierno metropolitano español para acometer los remedios requeridos, y así solventar los males económicos, políticos y sociales por los que atravesaba la Isla con amenaza cierta de un agravamiento progresivo.
Aquel crucial evento, en efecto, resumía las grandes esperanzas de amplios sectores del país de poder enrumbar por buenos cauces la vida de la Isla, incluso aún bajo el pabellón de España, la fe de transitar el camino pacífico de la evolución…

viernes, 15 de septiembre de 2017

¿El más bravo, el más valiente de los Maceo?

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Miguel Maceo en el 165 aniversario de su natalicio
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El 16 de septiembre de 1852 nació en la jurisdicción santiaguera Miguel Maceo Grajales, quinto hijo -al parecer- de la familia formada por Marcos Maceo y Mariana Grajales Cuello, y uno de los más corajudos oficiales del Ejército Libertador de Cuba en la Guerra de los Diez Años (1868-1878).
Sobresaliente por su inteligencia natural, su valentía sin aparentes límites y su alta disposición física, fue Miguel un chico muy adaptado y admirado, tanto en la barriada de Santo Tomás, donde radicaba la casa familiar en Santiago de Cuba, como en el exigente ámbito del campo; lo mismo en la ciudad y algo más allá que en los predios de Majaguabo, donde mayormente vivió y se desarrolló...

viernes, 4 de agosto de 2017

Extraordinario y polémico: el general Calixto García


El 4 de agosto (una fuerte versión dice que fue el día 3 de ese propio mes) de 1839, nació en la esquina de las actuales calles Miró y Frexes, en la ciudad de Holguín, Calixto García Iñiguez, uno de los más grandes generales del mambisado cubano, combatiente de las tres guerras independentistas libradas por nuestro pueblo contra la dominación española en el siglo XIX.

viernes, 7 de julio de 2017

Trágica coincidencia en la vida del “Aquiles cubano”


Cuba y sus héroes

Trágica coincidencia esa: ante el súbito pelotón, seguramente pensó –entre innumerables cosas que pasaron por su mente- que, precisamente, iba a morir la víspera de su 38 cumpleaños…
Con todo, nunca pareció perder el control; no se mostró acongojado, ni arrepentido. Antes bien -muy correspondiente con su condición de “librepensador y sin religión”-, rechazó la última confesión, y en consonancia con su historia y su fama de hombre valiente, asumió los fogonazos con el grito de “¡Viva Cuba libre!”

sábado, 24 de junio de 2017

El “Santa” de Cuba y de México


186 años del natalicio
de un héroe genuino

Cierta vez escribí: “Pedro Santacilia Palacios debiera ser, para todos los cubanos, uno de esos sempiternos patriotas, a quienes de continuo debiéramos recurrir, para asomarnos a su obra y a su pensamiento, a tomar de ellos pautas y aliento…” y me parece oportuno repetirlo en un trabajo como este, en ocasión del 186 aniversario de su natalicio.
Hablar de este vástago de un pudiente matrimonio: el del culto capitán granadero del ejército español, Joaquín Santacilia Pérez, con la santiaguera Isabel Palacios Mena; del nieto, por línea paterna, del capitán de infantería Pedro Santacilia, debía ser la reseña de un destino manifiesto: el de ser un seguro y leal servidor de la Corona, en Santiago de Cuba, la ciudad que le vio nacer aquel 24 de junio de 1826, o en cualquier ámbito a donde fuera...
Fue, a pesar de su natal pronóstico, todo lo contrario: uno de los más grandes enemigos de la dominación colonial en Cuba; por ende, de los más grandes y excelsos exponentes del patriotismo en la Isla, y, por extensión, de los más consecuentes enemigos de las pretensiones imperiales –fuese de España, Francia o Estados Unidos- sobre la América hispana.
Hombre de múltiples y verdaderas grandezas, sobresalió como educador, historiador, periodista, cuentista, ensayista, traductor, poeta, político y revolucionario.

viernes, 19 de mayo de 2017

¿Martí debió venir a Cuba o, quedarse en el exterior?



En el 118 aniversario de la caída del
Héroe Nacional de Cuba

Cada año que pasa, al acercarse esta fatídica fecha del 19 de mayo, se renuevan las mismas interrogantes sobre el líder y el suceso: ¿Martí tenía una intención suicida?; esto es: ¿cayó deliberadamente en el combate de Dos Ríos?, ¿hubo alguna actitud dolosa de alguien que lo llevó a la muerte? y –entre otras posibles- ¿Martí debió venir a Cuba o, quedarse en los Estados Unidos?
No son conjeturas inútiles, si son bien intencionadas (es decir, buscando, sin forzarlas, mayores –o quizás nuevas- explicaciones a tan aún anonadante acontecimiento patrio). Conforme mi humilde visión, es una forma perenne de recordarlo, de rendirle tributo al Héroe caído, y bien pudieran ser, algunas, tema de un examen, a libro abierto, de la especialidad de Historia de Cuba...

sábado, 25 de marzo de 2017

El Manifiesto de Montecristi (25 de marzo de 1895)




Una síntesis de la ideología

mambisa de su época


JOEL MOURLOT MERCADERES
El 25 de marzo de 1895, en la casa del general Máximo Gómez Báez, en la localidad dominicana de Monrtecristi, se concibió, para Cuba y América, un manifiesto-programa que resumió el carácter y los objetivos de la revolución separatista que ya se había iniciado en la mayor isla antillana, desde el 24 de febrero de ese propio año.
Suscrito “por la responsabilidad común de su representación, y en muestra de unidad y solidez de la Revolución Cubana, y como Delegado del Partido Revolucionario Cubano, y General en Jefe del Ejército Libertador”; es decir, firmado por José Martí y Máximo Gómez, el documento – contrariamente a lo que algunos autores han sostenido - resulta no un prontuario martiano, sino una expresión de los conceptos básicos, en los que concordaban los principales líderes del independentismo de la época, para dar sustento ideológico a la revolución.
Esto es: si sumariamos aquella célebre manifestación, podríamos distinguir ocho conceptos esenciales contenidos y desarrollados en el documento. A saber:

viernes, 24 de febrero de 2017

Una actualizada visión del 24 de Febrero




El incumplimiento de esenciales términos del Pacto del Zanjón, la escandalosa corrupción administrativa y las tributaciones onerosas e injustificables; la crisis económica, con la caída de los precios del azúcar –por primera vez a menos de  dos centavos la libra -; la liquidación de los presupuestos con grandes déficits, el acaparamiento de los cargos públicos; el ejercicio de sutiles, pero inequívocas limitaciones a la libertad de expresión; así como también las asiduas represalias aplicadas contra quienes intentaron ejercerla plenamente; la educación mínima y atrasada, el incremento de la criminalidad y por todo ello, la cabal diferenciación de nacionalidad entre isleños y peninsulares, entre cubanos y españoles, fueron razones suficientes para que otra conflagración independentista estallara en Cuba, quince años después del fracaso de La Guerra Chiquita, en 1880.