La iglesia
de Santo Tomás Apóstol
Sobre la
antigua calle a la que dio nombre, se alza la iglesia de Santo Tomás Apóstol de
Santiago de Cuba, con su fachada escasa de orlas, en la que rústicas letras
esculpidas en latín dan fe de su fecha fundacional; frontón singular, con su robusta
torre-campanario, abundante de aberturas, diferente a la de todos los edificios
de su tipo en la ciudad; con su atrio, no tan amplio como otros andenes de templos,
pero llamativo y acogedor; su portón de añeja madera y muy sobria ebanistería,
que remata, en su parte superior, un pequeño y modestísimo enrejado; en fin,
frente de una nave que se extiende unos 60 m . de este a oeste (hacia el recodo de la
calle San Fermín, al fondo), con sus muros de mampostería y su techado de
madera y de tejas criollas, y cuyo conjunto –no obstante la sencillez descrita-
se antoja bella postal arquitectónica de la ciudad…
Interior hospitalario,
resaltan en él su bancada casi familiar, el altar bien dispuesto, no sobrado de
ornamentos, al igual que sus paredes, y donde todo valor, a mi modo de ver,
parece centrarse en la Cruz
–representación antonomástica de Cristo- y en la imagen de la “reina mambisa”,
la milagrosa Patrona de Cuba: la
Virgen de la
Caridad.
De
influencia notoria en la barriada santiaguera a la que dio nombre –la de Santo
Tomás-, en su pila sagrada recibieron el agua bautismal –y es mérito del que
puede blasonar este distintivo templo- figuras cimeras de la ciudad, tales
como: Antonio Mauricio Sucre Estrelles,
de quien se asegura fue abuelo del libertador Antonio José de Sucre Alcalá; Marcos Maceo y Mariana Grajales Cuello, el hijo pródigo de esta singular pareja: Antonio Maceo Grajales, que fuera, por
propia conquista, Lugarteniente General del Ejército Libertador, de los más
grandes héroes cubanos de todos los tiempos, como guerrero y como ciudadano;
once generales más del mambisado y numerosos coroneles independentistas, cuales
fueron: Felipe Aguirre Thaureaux, Federico
Pérez Carbó, Miguel Balanzó y muchos otros; los curas separatistas Braulio Odio Pécora e Ismael Bestard, los famosos juristas Hilario Cisneros Saco, Pedro Celestino
Salcedo Cuevas y Antonio Bravo Correoso; los célebres músicos Cratilio Guerra, Laureano Fuentes Matóns, Laureano
Fuentes Pérez (hijo) y Miguel
Matamoros; así como también: José
Fuentes Duany, de los primeros y más grandes cineastas cubanos de la década
de 1920; los doctores en medicina Ambrosio
Grillo Portuondo y José Ramón Álvarez
Chacón, y los afamados plásticos Juan
Emilio y Rodolfo Hernández Giro;
el luchador por los derechos de los negros José Diego Prudencio Dupín, entre
muchas otras personalidades, que resulta imposible relacionar en un espacio
como este, y a las que habría que agregar otras numerosas, de generaciones
posteriores.
Núcleo de
tan notable conglomerado humano, la iglesia de Santo Tomás Apóstol fue base del
surgimiento de la plaza erigida a su amparo, de la que hablaremos en la segunda
parte de este trabajo.
Siempre es bueno recordar la historia.
ResponderEliminarSaludo