Soldado de
la emancipación suramericana"
"
Manuel R[amón] Fernández R[ubalcaba]
Puerto
Príncipe [de Haití]
Distinguido
Sr.:
En
las Islas Turcas, tuve el gusto de recibir su muy interesante nota de fecha 14
de los corrientes, que contesto hoy sobre el suelo de Haití.
Mucho,
muchísimo he deseado concurrir personalmente a la emancipación de la vecina
isla de mi patria; y para llegar a ese fin he propuesto en dos años todos los
medios que me han sido dables. Durante dicho lapso de tiempo, el camino de tan
suspirada gloria me ha sido varias veces obstruido, y forsoso [sic] me fue
permanecer sumido en una
inacción violenta para mi espíritu. Alejado de las intrigas que han contrariado
la revolución que en mi patria debiera haberse esperado [¿expresado?] ha largo tiempo, contra el infame hombre que dirige
sus destinos, la tarea de concurrir a la libertad de Cuba y Puerto Rico, me
hubiera sido doblemente satisfactoria. Pero hoy, naturalmente, las
circunstancias aparecen modificadas: ante el inminente riesgo que corre la
patria de los dominicanos, los intrigantes como que [ininteligible] y la voz del deber, inspirando sobre todos los ánimos,
la convoca a seguir una sola y única senda en la hora de salvar nuestro país. Y
he debido obedecer antes que ningún otro a tan augusto llamamiento, y heme, pues,
en el Cabo Haitiano, sin poder disponer de mi persona por hoy, sino su servicio
del suelo donde nací. Qué más puede decirle en respuesta de su honrosa
invitación ¿Qué habría Ud. respondido en igual caso? Voy, pues, en pocos días,
a abrir una nueva campaña vs la tiranía que aniquila a mis compatrios.
Si
la Providencia protege nuestros esfuerzos, creo que pocos meses bastarán para
dar cima a esa tarea de redención; si por el contrario, la fortuna me es
infiel, y mi vida fuese preservada, forzoso me será buscar un suelo libre en el
que me sea dado vivir con honra, o morir sin ninguna. En ambos casos cuente Ud.
conmigo; es todo cuanto puedo y debo decirle.
Entonces
haré [ininteligible] mis condiciones,
que serán bien sencillas: “hallar camino para pisar el suelo cubano rodeado de
algunos compañeros, capaces y dispuestos como yo de jugar la vida en defensa de
un principio.” Yo soy, señor, hombre de convicciones profundas y arraigadas;
amo la libertad y soy un soldado de la emancipación del mundo suramericano, que
nunca ha exigido ni exigiré otra remuneración que el aprecio de mis
correligionarios.[El subrayado es nuestro].
Con
estos sentimientos, cábeme la honra de ponerme a sus órdenes y agradecerle su
honrosísima cortesía […]
Gregorio
Luperón
Cabo
Haitiano, enero 30, 1871
No hay comentarios:
Publicar un comentario