Gloria de Cuba –y ¿por
qué no? de Hispanoamérica- en varios sentidos, celebramos ahora el 144
aniversario de su nacimiento, ocurrido en Santiago de Cuba, la capital del oriente
de la isla, el 22 de diciembre de 1858.
Aquí, en esta ciudad
antillana, Joaquín Demetrio Castillo Duany cursó aquí sus estudios primarios,
hasta 1868, en que, junto a su hermano Demetrio Rafael [Ver en este blog: “¿Comunero en
Paris? Héroe de Cuba”], fue enviado a continuar sus estudios en el Liceo de Burdeo, etapa de
su vida en que vivieron ambos las experiencias de la Comuna de París y de la
guerra franco-prusiana.
Enviado, luego, a los
Estados Unidos, para terminar sus estudios, escogió la carrera de Medicina y
Cirugía, de la que se graduó en 1880, en la Universidad de
Pennsylvania.
Entonces, se alistó
como cirujano de la Marina
de Estados Unidos, y, a la sazón, comenzó a hilar tan destacada historia
personal, que es orgullo de la posterioridad cubana...
En efecto, por aquella
época, se enroló como voluntario de una expedición organizada por el New
York Herald y la US Navy de
dicho país, para rescatar a la tripulación del vapor “Jeannette”, de la cual
hacía tiempo no se tenía noticias; justo desde su partida al Polo Norte.
Tras semanas de su
apoteósica despedida, llegaron los expedicionarios a las heladas zonas del
techo del mundo, y con ellos el joven galeno santiaguero, convertido así,
seguramente, en el primer cubano y, tal vez -¿quién sabe?, en el primer
habitante del sur del Río Bravo- que pisara esa latitud terrestre.
Sumó al mérito
indiscutible de ser parte de aquella aventura humanitaria, el cumplimiento de
gran labor naturalista, al recolectar rica muestra biológica y botánica, para
servir a la profundización de los estudios generales de dicho casco polar.
Pero a Joaquín le cabría
un merecimiento mayor, por el cual recibió reconocimiento de la Armada norteamericana y de la
prensa de aquel país; esto es: cuando, tras un voraz incendio en el buque, con
una actitud calificada por todos como heroica, salvó dicha expedición de una
catástrofe total -no así su valiosa colección-; actitud que le valió un diploma
de reconocimiento de la Marina
y del gobierno norteamericanos.
Pudo aportar, asimismo
-y es otra distinción importante en la vida de Joaquín Castillo Duany-, a
partir de su citada experiencia, la terminación de su interesante libro Habits
an Higiene of the Esquiman (Hábitos
e Higiene de los Esquimales), que le ganó no pocos elogios, por el intrínseco
valor de la obra.
No obstante las
promisorias oportunidades en aquel país, retornó a su Santiago de Cuba, donde,
el 20 de febrero de 1886, contrajo matrimonio, con su prima María Anacleta
Garzón Duany, fecha por la que, además, comenzó a laborar como médico de la
compañía minera norteamericana Juraguá Iron Company, instalada en la zona este
de la jurisdicción santiaguera.
Al valorar los muchos
males que azotaban a Cuba -especialmente las exclusiones que aún sufrían los
cubanos en su propio país y la corrupción galopante-, no pudo abstenerse de
participar en los asuntos de la patria.
Así pues, se
comprometió con el movimiento nacional insurreccional del general Antonio
Macero, en 1890, durante la cual -exactamente en una de las reuniones
conspirativa presididas por este célebre jefe en Santiago de Cuba- propuso, con
su hermano Demetrio, levantar barricadas, al estilo de la Comuna de París, cuando se
diera la orden del levantamiento armado en la ciudad.
Posteriormente, fue
parte de nuevas conspiraciones, en las que, además, se relacionó con José
Martí, a la sazón delegado del Partido Revolucionario Cubano, con quien –según
algunas fuentes- se entrevistó en Estados Unidos.
Fue, sin embargo, representante
revolucionario de Antonio Maceo en Santiago de Cuba, y como tal se desempeñó en
los conatos de alzamiento de fines de 1893 y octubre de 1894, y cuando el Grito
de Independencia del 24 de febrero de 1895, cumplió misiones de abastecimiento
a las fuerzas revolucionarias, conjuntamente con su hermano, hasta que se les
ordenó incorporarse al ejército revolucionario, en mayo de ese propio año.
Combatió al lado del
general Antonio Maceo, y fue uno de los delegados por Oriente a la Asamblea Constituyente
de Jimaguayú, de donde emergió como subsecretario de Hacienda del Consejo de
Gobierno resultante.
Por sus muchos
méritos, Maceo lo seleccionó para jefe de Sanidad del Cuerpo Invasor a
Occidente, el que salió a su histórica y colosal marcha desde los mangos de
Baraguá, el 22 de octubre de 1895. En medio de esta agotadora y temeraria gesta
-durante la cual se destacó lo mismo como médico, practicando auxilios en medio
de los combates, que como combatiente-, fue escogido por Maceo –y aceptado por
el Gabinete- para desempeñar importantísima comisión en el exterior ante varios
líderes continentales, y ante la
Delegación del Partido Revolucionario Cubano en Nueva York.
Después de acometer
tan delicada tarea, fue designado por el Consejo de Gobierno como jefe del
Departamento de Expediciones, y como tal llevó él mismo a la Isla , varias veces, como jefe
de mar, importantes alijos de armas, pertrechos, otros útiles de guerra y
medicamentos paras las fuerzas rebeldes.
En febrero de
1896, fue electo vicedelegado del Partido
Revolucionario Cubano; cargo al que renunció, meses más tarde, por
discrepancias con un sector de los emigrados; de modo que se integró a las
fuerzas del mayor general Calixto García, en el Departamento Oriental, del Ejército
Libertador, a fines de la campaña.
Concluyó la guerra, en
julio de 1898, con el grado de brigadier de dicho ejército, y fue nombrado
director del hospital civil de Santiago de Cuba, labor que cumplió con probidad
y eficiencia.
Miembro fundador del
Partido Republicano, con su hermano Demetrio, a la sazón gobernado de Oriente, fue
nombrado jefe del Servicio de Sanidad Marítima de Cuba, en agosto de 1902,
puesto que no pudo desempeñar, no sólo por las cosas que le separaban de Tomás Estrada
Palma, sino por los síntomas de su padecimiento cardíaco.
Viajó a Francia en
busca de restablecer su salud, y falleció en París, el 21 de noviembre de 1902,
cuando aún no había cumplido los 44 años de edad.
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