En la
célebre biografía Antonio Maceo: apuntes para una historia de su vida, de José
Luciano Franco, se advierte una especie de espacio vacío en la vida de este extraordinario
jefe insurrecto, desde el 18 de mayo hasta octubre de 1876, en el que su
accionar político-militar parece nulo.
Y
aunque una cronología sobre los combates librados por el heroico general Maceo en
la Guerra de los Diez Años, le atribuye un combate en Jiguaní, el 18 de junio
de dicho año, que no ocurrió, y se menciona la acción verdadera de Cayo Rey,
con fecha 20 de julio de 1876, lo cierto es que, desde agosto hasta octubre de
1876, jefes y oficiales libertadores de otras fuerzas, se preguntaban con
extrañeza y preocupación: “¿dónde estará el Gavilán?”; señal de que, para esa
fecha, muy pocos sabían el paradero de Maceo.
La
respuesta a tal interrogante se puede hallar en el pésame (inédito) que le
enviara Pedro González Balón a María Cabrales, en 1897, por la muerte del gran
libertador cubano...