Son múltiples las causas que movieron a gran parte de los
cubanos, al menos, a partir del trienio 1865-1867, a separar la Isla de la
soberanía española.
Muchos, sin embargo, vieron posible dilatar por gran
tiempo aquella resolución definitiva, si la Junta de Información –solicitada
por miles de firmas de propietarios criollos- y convocada para celebrarse en
Madrid desde de diciembre de 1866, daba la luz necesaria al gobierno
metropolitano español para acometer los remedios requeridos, y así solventar
los males económicos, políticos y sociales por los que atravesaba la Isla con
amenaza cierta de un agravamiento progresivo.
Aquel crucial evento, en efecto, resumía las grandes
esperanzas de amplios sectores del país de poder enrumbar por buenos cauces la
vida de la Isla, incluso aún bajo el pabellón de España, la fe de transitar el
camino pacífico de la evolución…