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viernes, 15 de agosto de 2014

Otra carta inédita de Gregorio Luperón



Soldado de la emancipación suramericana"

" Manuel R[amón] Fernández R[ubalcaba]
Puerto Príncipe [de Haití]
Distinguido Sr.:
En las Islas Turcas, tuve el gusto de recibir su muy interesante nota de fecha 14 de los corrientes, que contesto hoy sobre el suelo de Haití.
Mucho, muchísimo he deseado concurrir personalmente a la emancipación de la vecina isla de mi patria; y para llegar a ese fin he propuesto en dos años todos los medios que me han sido dables. Durante dicho lapso de tiempo, el camino de tan suspirada gloria me ha sido varias veces obstruido, y forsoso [sic] me fue
permanecer sumido en una inacción violenta para mi espíritu. Alejado de las intrigas que han contrariado la revolución que en mi patria debiera haberse esperado [¿expresado?] ha largo tiempo, contra el infame hombre que dirige sus destinos, la tarea de concurrir a la libertad de Cuba y Puerto Rico, me hubiera sido doblemente satisfactoria. Pero hoy, naturalmente, las circunstancias aparecen modificadas: ante el inminente riesgo que corre la patria de los dominicanos, los intrigantes como que [ininteligible] y la voz del deber, inspirando sobre todos los ánimos, la convoca a seguir una sola y única senda en la hora de salvar nuestro país. Y he debido obedecer antes que ningún otro a tan augusto llamamiento, y heme, pues, en el Cabo Haitiano, sin poder disponer de mi persona por hoy, sino su servicio del suelo donde nací. Qué más puede decirle en respuesta de su honrosa invitación ¿Qué habría Ud. respondido en igual caso? Voy, pues, en pocos días, a abrir una nueva campaña vs la tiranía que aniquila a mis compatrios.
Si la Providencia protege nuestros esfuerzos, creo que pocos meses bastarán para dar cima a esa tarea de redención; si por el contrario, la fortuna me es infiel, y mi vida fuese preservada, forzoso me será buscar un suelo libre en el que me sea dado vivir con honra, o morir sin ninguna. En ambos casos cuente Ud. conmigo; es todo cuanto puedo y debo decirle.
Entonces haré [ininteligible] mis condiciones, que serán bien sencillas: “hallar camino para pisar el suelo cubano rodeado de algunos compañeros, capaces y dispuestos como yo de jugar la vida en defensa de un principio.” Yo soy, señor, hombre de convicciones profundas y arraigadas; amo la libertad y soy un soldado de la emancipación del mundo suramericano, que nunca ha exigido ni exigiré otra remuneración que el aprecio de mis correligionarios.[El subrayado es nuestro].
Con estos sentimientos, cábeme la honra de ponerme a sus órdenes y agradecerle su honrosísima cortesía […]
Gregorio Luperón
Cabo Haitiano, enero 30, 1871
 

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